martes, 15 de mayo de 2007

La fila de los sospechosos
















Anoche ví en Retro este gran policial de Don Siegel del año '58, The Lineup, que no tiene nada que ver con la serie del los cincuenta del mismo nombre y a la que a menudo se lo asocia.
Nunca había podido ver esta película, considerada una de las mejores del director -y yo creo que sólo la supera The invasion of the body snatchers en su extensa y variada filmografía-, que ejerció gran influencia pricipalmente entre los realizadores de la nouvelle vague.
Su comienzo es uno de los más frenéticos y electrizantes de los que tenga memoria -comparable, pero en otro registro, al de El terror de las chicas de Jerry Lewis- y, previo a los títulos de crédito, prepara el camino a lo que viene después: la representación de dos de los villanos más memorables del cine negro, una bronceada pareja despareja de asesinos venidos de Miami -de dónde si no- a recoger la heroína que incautos turistas habían ingresado a EEUU escondida en muñecos artesanales después de un viaje a Hong Kong. Elli Wallach, el feo de la película de Leone y el don que muere comiendo bombones mientras ve la Cavalleria Rusticana en el final de El Padrino 3, es un violento y despiadado asesino al que sólo puede controlar Robert Keith, excelente en el papel de su refinado y cínico socio. Los diálogos que mantienen son brillantes y muy divertidos, Wallach está obsesionado en refinarse y Keith en conocer las últimas palabras de las víctimas de su psicópata amigo.
Estos gángsters nos cautivan desde el comienzo, y sólo logramos tomar distancia luego de una larga serie de atrocidades cometidas. El límite es la vida de una niña.
Las escenas en las calles de San Francisco son increíbles, sobre todo la persecución final hasta el Golden Gate bridge.
A pesar de su modestia, The Lineup es una verdadera obra cumbre del cine negro y combina un registro extremadamente realista de la gran ciudad con personajes complejos, ambivalentes y decididamente estilizados, que rezuman humor y carisma y a los que Siegel conduce con mano maestra hasta su destino final.

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